El cáncer de ovario
Los
ovarios son dos glándulas responsables de la producción de hormonas sexuales
femeninas, progesterona y estrógeno. También tienen la función de producir y
almacenar los óvulos que son liberados, uno cada mes y se desarrollan en las
trompas de Falopio, la duración de la vida reproductiva de la mujer.
El
cáncer de ovario es el cáncer ginecológico más difícil de diagnosticar y más
letal. Su incidencia está asociada con factores genéticos, hormonales y
ambientales. La historia familiar es el factor más importante de riesgo
(alrededor del 10% de los casos). El cáncer de ovario puede afectar a las
mujeres a cualquier edad pero es más común después de los 40 años.
Los
genes BRCA1 y BRCA2, que también pueden causar cáncer de mama, se correlacionan
en gran medida con cáncer de ovario. Las portadoras del primer gen tienen una
posibilidad del 45% de desarrollar este tipo de cáncer en su vida, las
portadores del segundo gen tienen un 25%.
Existe
una relación entre el cáncer de ovario y la actividad hormonal de la mujer. Por
lo tanto, las mujeres que no tenían hijos y nunca amamantados, o las que
tuvieron una menopausia tardía o el cáncer de mama, así como aquellos que
tienen familiares de primer grado con cáncer de ovario tienen mayor riesgo de
desarrollar la enfermedad.
Síntomas
La
mayoría de las mujeres con cáncer de ovario no tienen síntomas hasta que la
enfermedad alcance una etapa avanzada. En este caso, las características más
avanzadas son el dolor y el aumento del tamaño abdominal, el estreñimiento, el
cambio en la función digestiva y masa abdominal palpable.
Diagnóstico
La medición
de la sangre con marcadores tumorales CA 125 (80% de las mujeres con cáncer de
ovario tienen niveles elevados de CA 125) y el ultrasonido pélvico son dos
pruebas fundamentales para establecer el diagnóstico. La laparoscopia
exploratoria seguida por una biopsia del tumor, son muy útiles para confirmar
el diagnóstico, para controlar si hay implicación de otras regiones y órganos.
La
radiografía de tórax, la tomografía computarizada, la evaluación de la función
renal y hepática así como los análisis de sangre pueden ayudar a diagnosticar
los casos avanzados.
Tratamiento
Si se
sospecha un tumor ovárico, la paciente debe someterse a una evaluación
quirúrgica. Para el cáncer de ovario en una etapa temprana, es necesario llevar
a cabo la puesta en escena del tumor por cirugía y promover la eliminación del
útero y los ovarios. En las fases avanzadas de la enfermedad, es posible
aumentar la tasa de supervivencia con la eliminación agresiva de todos los
tumores visibles.
A
excepción de las mujeres con cáncer de ovario de estadio temprano de bajo
grado, los pacientes deben someterse a quimioterapia después de la cirugía.
Ellos pueden depender de múltiples regímenes de quimioterapia disponibles, tales
como la combinación de cisplatino o carboplatino con paclitaxel que
proporcionan tasas de respuesta clínica de 60% a 70%.
Recomendaciones
*
Contacta a tu ginecólogo regularmente ya que el cáncer de ovario no causa
síntomas hasta que llega a una etapa avanzada;
*
Controla tu peso y evita los alimentos grasos, ya que hay estudios que indican
una relación entre la obesidad, la alta ingesta de grasas y el cáncer de
ovario;
*
Hazte una exploración clínica y ecográfica con más frecuencia si tienes un
pariente de primer grado con antecedentes de cáncer de ovario y / o cáncer de
mama;
*
Respeta las fechas de consultas al ginecólogo, sobre todo si lo hace la terapia
de reemplazo hormonal, en cuyo caso hay un mayor riesgo de que una mujer
desarrolle cáncer de ovario;
*
Pasa a través de las evaluaciones ginecológicas regulares, si tienes más de 40
años. El pronóstico es siempre mejor cuando la enfermedad se diagnostica a
tiempo.